LA PERSONA Y SUS
LIMITACIONES
EL PROBLEMA DEL MAL, EL
SUFRIMIENTO, EL DOLOR
Una adecuada interpretación del hombre no
puede olvidarse de considerar las limitaciones en las que se mueve la persona.
El dolor, el mal, la muerte, son también dimensiones propias de la persona.
Aunque en sí son aspectos negativos, hay que admitir que tales aspectos del ser
humano son una realidad y por eso han sido siempre objeto de reflexión en la
filosofía.
Tipos de problemas
Intento de
racionalización del mal
La historia ofrece numerosos intentos de hallarle una
respuesta racional al problema del mal y su posible solución. Una que ha sido
célebre es la solución de Leibniz.
El filósofo alemán
Guillermo Leibniz, inspirado en una filosofía cristiana, sitúa el problema del
mal en relación con la existencia de Dios. Para él, el problema es cómo puede
existir el mal si el mundo y el hombre han sido creados por Dios. Leibniz
tratará de exculpar a Dios de cualquier acusación de ser la causa del mal para
el hombre.
Una visión
más realista
Aceptando que el mal no puede ser totalmente racionalizado,
es posible, sin embargo, servirse de la razón para situarlo en una dimensión
más justa y realista. En ese sentido, hay que dar cierta razón a Leibniz, al
reconocer que ciertos males, vistos en el conjunto de la existencia, adquieren
una nueva perspectiva.
Lo anterior se refiere a que el hombre debe aceptar su propia
realidad, o sea, sus limitaciones, lo cual deriva de su existencia corpórea y
temporal. Muchos sufrimientos son precisamente elementos que pertenecen
inevitablemente a la condición humana:
La estructura biológica del cuerpo: hace al hombre
vulnerable, sujeto al tiempo y al espacio, al envejecimiento, a la enfermedad
Actitudes ante el mal o el dolor
· La huida: es
una actitud superficial, y quizá la más difundida, pues evita enfrentar el
problema.
· El fatalismo:
consiste en considerar que el destino de cada uno o de la humanidad ya están
marcados, de tal forma que nada se puede hacer para modificarlo.
· La rebelión absurda: se
trata de un rechazo contra toda clase de mal y sufrimiento, pero sin un sentido
de superación.
· El compromiso en la esperanza: es
la actitud de quien tiene fe en las posibilidades del hombre y confía en las
fuerzas de su libertad y creatividad, equilibrando optimismo y realismo.
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